Como comentaba en la entrada anterior, este año es nuestro año de médicos, pero lo bueno es que con los resultados podemos ir celebrando, y claro está que en una celebración que se precie, no puede faltar una buena tarta.
Esta la descubrí gracias a Olivas en la cocina, sus fotos enamoran y como no podía ser de otra forma, tenía que intentar hacerla, así que fue parte del regalo de cumpleaños de mi MADRE.
Se trata de la tarta Fraiser, o de fresas, muy famosa en Francia, que lleva dos planchas de bizcocho genovés, entre la que ponen fresas y crema mousselina.
Lleva bastantes pasos, pero solo suponen tiempo, es fácil de preparar en casa.
- Ingredientes:
Para la crema mousseline:
1/2 litro de leche entera
4 yemas de huevo (L)
120 g de azúcar + 5g de azúcar vainillada
30 g de maicena (harina de maiz)
30 g de harina todo uso
150 g de mantequilla fría
125 g de mantequilla en pomada
Para el bizcocho genovés: (la receta aquí)
4 Huevos
100 gr. de harina de trigo
100 gr. de azúcar
Una pizca de sal
Para el almíbar:
50 g de azúcar
50 g de agua
20 g de aguardiente + un chorro de vuestro licor preferido
Para el almíbar:
50 g de azúcar
50 g de agua
20 g de aguardiente + un chorro de vuestro licor preferido
Para la pasta de almendras:
100 g de almendras crudas molidas
100 g de azúcar glass
1/2 clara de huevo (mejor si es pasteurizada)
Colorante alimentario en gel o pasta (usé rojo)
Recomendable 30g de glucosa (se maneja mejor, no usé)
Relleno y decoración:
1 kg de fresas
Pistachos picados.
Empezaremos por la crema mousseline, ya que debe enfriarse y llevará unas cuatro horas; también podéis prepararla el día anterior y reservarla en la nevera.
- En una cacerola ponemos la leche y la mitad del azúcar, más el azúcar vainillado y la pizca de sal. Calentamos a fuego medio, sin dejar que hierva.
- Mientras, en un bowl, echamos las yemas de huevo con el resto del azúcar, batimos e incorporamos las harinas y un par de cucharadas de la leche que estará templada, para poder mezclar todo bien.
- Echamos la leche caliente sobre la mezcla y ponemos de nuevo al fuego, hasta que espese. Debemos remover continuamente para que no se nos pegue, aproximadamente unos 10 min.
- Echamos a otro recipiente, tapamos con film y dejamos enfriar. Es importante que el film toque la crema, para que no se cree costra.
- Cuando la crema esté fría, incorporamos la mantequilla que tenemos en pomada, batiendo con las varillas. (Si la enfriasteis en la nevera, atemperarla antes, debe estar más o menos a la misma temperatura que la mantequilla o se cortará)
Seguimos con el almíbar que también tiene que templar:
- Ponemos todos los ingredientes en un cazo, dejamos hasta que rompa a hervir, retiramos y dejamos enfriar.
- Separamos las claras y las yemas; batimos estas últimas con el azúcar hasta que banqueen.
- Batimos las claras con la pizca de sal con ayuda de unas varillas eléctricas, hasta que queden firmes.
- Vamos incorporando las claras a las yemas, con movimientos envolventes para no perder el aire del batido.
- Incorporamos la harina tamizada, hasta conseguir que esté todo integrado.
- Forramos la bandeja del horno con papel de hornear y vertemos en ella la masa de bizcocho. La extendemos con ayuda de una espátula y horneamos con el horno precalentado a 180º, calor arriba y abajo durante 12-15 minutos.
- Dejamos enfriar y con ayuda de un aro recortamos dos círculos de bizcocho. Yo usé el de un molde desmontable de 18 cm, el mismo que me sirvió para el montaje.
- Echamos los ingredientes en un bowl, mezclamos hasta que no se nos pegue en las manos; si fuera necesario añadir más cantidad, será siempre a partes iguales de azúcar y almendra.
- Echamos el colorante, y mezclamos hasta conseguir un color uniforme.
- Amasamos con ayuda de papel de hornear y el rodillo y reservamos.
- Y para ello lo primero será lavar y escurrir las fresas.
- Engrasamos nuestro aro con mantequilla o un poco de aceite y pegamos papel de hornear alrededor, para que luego sea más fácil desmoldar.
- Sobre un plato, colocamos nuestro aro y uno de los bizcochos que habíamos cortado. Lo mojamos con almíbar.
- Alrededor del aro, vamos colocando mitades de fresas, con los picos hacia arriba y la otra parte tocando el bizcocho. Las pondremos muy juntitas y las fijaremos con un poco de la crema mousseline, para que no se muevan.
- Rellenamos el resto del interior con las demás fresas y echamos por encima toda la crema mousseline, reservando un par de cucharadas. Repartimos por todos los huecos con ayuda de una espátula.
- Tapamos con el otro bizcocho y lo bañamos también con almíbar. Tapamos con film y dejamos enfriar en la nevera, de un día para otro o unas ocho horas.
- Desmoldamos con cuidado y untamos la crema que habíamos reservado por encima del bizcocho, para pegar la plancha de almendra; la cual habremos recortado con el mismo molde de montar la tarta.
- Decoramos con fresas y pistachos picados.